Friday, June 2, 2017

El norte es una quimera II: LA LENTA MUERTE DEL HEAVY METAL

Ya habíamos dicho que en estas publicaciones llamadas El Norte Es Una Quimera, intentamos desmitificar algunas fantasías acerca de la escena rock de modo que podamos colocar los pies sobre la tierra a la hora de decidir por qué y cómo mantenemos una banda. Mientras esperamos que nuestro amigo Manuel Losada afile la punzante navaja con la que escribe, aquí les colocamos una traducción de un artículo publicado en The Observer, escrito por el experimentado periodista de espectáculos Bryan Reesman en Enero de 2016 y que a un año y medio de su publicación sigue estando vigente.

LA LENTA MUERTE DEL HEAVY METAL

Estos son días extraños para el heavy metal clásico.

Muchos iniciadores del movimiento rondan los 60, algunos están cerca de los de 70 años de edad, incluidos los miembros de JUDAS PRIEST y BLACK SABBATH. Varias luminarias del Hard Rock como Ronnie James Dio, A. J. Pero (TWISTED SISTER), Jeff Hanneman (SLAYER), Lemmy y Phil "Philthy Animal" Taylor (MOTORHEAD) han fallecido recientemente. La venta de boletos para los conciertos para algunos grupos sigue siendo fuerte, otros están disminuyendo. OzzFest es cosa del pasado, y el último clavo en el ataúd del Mayhem Fest probablemente fue martillado este verano pasado (2015). Las ventas de música en general han disminuido, y en la última década las carteleras de Billboard, la radio y los premios a la música han estado dominados por una anémica representación de pop y rock hipster.

Por si fuera poco, Brent Hinds, guitarrista de los clásicos MASTODON, dijo a principios del año pasado que odia tocar Heavy Metal, mientras que el bajista de KISS, Gene Simmons, proclamó hace dos años que "el rock está muerto". Tomando en cuenta que muchos de los fundadores del género, quienes todavía inspiran a bandas más jóvenes y dominan los festivales europeos, probablemente se retiren en unos pocos años, ¿hacia dónde irán las cosas entonces? ¿Acaso ya no veremos más bandas pesadas del calibre de IRON MAIDEN o METALLICA? ¿Se convertirá ese sonido  clásico en una reliquia para las estanterías de chatarritas? ¿O va a mutar en otra cosa?

Los cambios no son nada nuevo en el metal. El metal se nutre de una mezcla de caos con el desdén de la música popular. "Cada género tiene un ciclo. El Metal y el Hard Rock han pasado por varias fases, y yo creo que vamos a experimentar esas fases de nuevo ", dijo Zoltán Báthory, guitarrista de Five Finger Death Punch, a The Observer. "En los 80s, el Hard Rock y el Heavy Metal estaban en el centro de atención y probablemente fueron los géneros más importantes de esa época. Era una voz de rebelión, la voz de una nueva generación de jóvenes que iba en contra de lo establecido. Eso se convirtió en un movimiento apasionado que consiguió tener tantos seguidores que llegó a generar su propia micro economía. De repente algunos jóvenes tatuados  y de pelo largo podían llegar a ser extremadamente populares y vender millones de discos".


Una vez que el metal se hizo popular en los años 80, y las bandas de glam completaron su imaginario con sonidos más comerciales, el género comenzó a perder su gancho. El Thrash Metal había arremetido contra los temores de la Guerra Fría, pero estos perdieron su vigencia a principios de los 90 (con la abolición de la URSS el 26 de diciembre de 1991), momento en el que Nirvana y el grunge llevaron el género de vuelta al underground estadounidense y el rap superó al metal en sus gestos de rebeldía, lo que impulsó al híbrido Nu Metal, el difamado movimiento de los 90 y principios de los 2000. Desde entonces, el metal ha tenido unas modestas erupciones con el Black, el Folk y el Metal Sinfónico, el ascenso del Metalcore (que ha polarizado a muchos aficionados) y el retorno de bandas clásicas que vienen a recuperar sus legados. En los últimos años, sin embargo, a pesar de muchos nuevos artistas llegando a lo alto de las listas de éxitos, el centro de atención se ha atenuado.
Este verano, el icono de la guitarra, Slash, dijo a Radio Nova en Suecia que sentía que incluso las "bandas de metal pesado están tratando de ser Top 40. Por lo tanto, no es interesante, como lo fue para mí en los años 60, 70 y 80, donde había emoción y un sentido de rebelión y todo eso. Así que sólo hago lo que hago, que es completamente contrario a como se maneja la industria. Pero, en su conjunto, mejorará con el tiempo. Siempre tiene sus altos y bajos".

Pero por cada banda pesada que busca un éxito en las carteleras hay muchísimas más trabajando en las sombras haciendo música menos comercial. "Hoy el rock es tan underground que se está haciendo creíble otra vez", dice Báthory. "La masa crítica está allí. El entorno político y económico te da todas las razones para estar arrecho de nuevo". Él cita violaciones constitucionales, la manipulación de los medios, la "tiranía de la corrección política" y los provocadores de internet entre otros. "Mientras tanto, estamos al borde de un apocalipsis auto-inducido, tal vez la tercera guerra mundial, tal vez el colapso total de la ecología del planeta. Por lo tanto, quizá sea el momento de que alguien diga "a la mierda con todo esto" y el metal pesado puede ser el género que nos dé esas nuevas voces de rebeldía." (Con esto en mente, es el momento adecuado para el regreso de System Of A Down, una banda vanguardista, con temática política y riffs demoledores para hacer juego).

No es que el metal haya desaparecido por completo. El género probablemente es ahora más rico en términos de subgéneros, y varias bandas de nivel medio como Periphery, Baroness, y Ghost, más las bandas del altamente técnico subgénero del Djent, han conseguido el reconocimiento de la crítica y acumulado ventas decentes. Pero muchos de los gigantes estadounidenses vendedores de oro y platino  de hoy -Godsmack, Disturbed (que obtuvo su quinto álbum No. 1 este año), Avenged Sevenfold, Lamb Of God, y en la periferia del pop, Linkin Park- se han asentado en fórmulas invariables; nadie está empujando los límites. No es que haya nada malo en ello, pero es un modo de pensar divorciado de la innovación seria, producido en parte por una industria de la música cada vez más corporativa.

Si bien siempre hay nuevos talentos saliendo a nivel independiente, no hay muchos héroes musicales a nivel masivo, sobre todo en la guitarra. (Los grupos como Dream Theater son anomalías). Báthory admite que dedicar demasiado de un álbum a la experimentación podría frustrar a los fanáticos con expectativas establecidas. Sin embargo, los temas más inusuales de su reciente doble álbum "Wrong Side Of Heaven and the Righteous Side Of Hell " fueron bien recibidos, por lo que "estamos pensando en algo que podría considerarse como un cambio drástico", dijo. "Para cualquier banda, hay un momento en su carrera cuando se puede [correr riesgos] y hay un momento en que no se puede. No puedes hacer un cambio drástico en tu segundo disco. Pero este va a ser el álbum Nº 7 para nosotros, lo que nos permitirá hacer algo inesperado ".

Richie Faulkner, guitarrista de Judas Priest, hace hincapié en que la primera generación de bandas de metal poseía originalidad, algo a lo que los grupos más jóvenes podrían aspirar.  "Creo que hay un montón de bandas por ahí que miran hacia atrás y tratan de recrear lo que fue antes ", dijo. "Todos los pioneros, todo los creadores de tendencias, si se quiere llamar así, abrieron un nuevo camino. Si haces algo diferente y traspasas los límites, cualquiera sea tu estilo, cualquiera sea la banda o el género, va a tener esa dinámica. Debe ser así, de lo contrario, se da vueltas en círculos hasta que, en última instancia, todo se detiene. Pero creo que la música está en constante evolución, orgánicamente crece y crea vástagos. Puede que haya cosas sucediendo subterráneamente de las que nada sabemos y que estén creando un lugar para una nuevo tipo de metal. Alguien tiene que hacer algo nuevo, y los aficionados y el público tienen que estar preparados para ese cambio. Y creo que volverá a pasar."

Un factor clave para la supervivencia de las bandas de metal más jóvenes es evidente: dinero. Los avances de los sellos discográficos, los presupuestos y el apoyo para giras han decaído. Los grandes sellos quieren una tajada más grande de los beneficios, y los servicios de streaming todavía no representan una gran entrada de efectivo para los artistas independientes. El juego ha cambiado y esto dificulta que el nuevo gran icono emerja.

"Ahora, después de tantos contratos "360" (se llama así a los contratos donde la discográfica obtiene parte de todas las actividades del artista, incluyendo conciertos y mercancía) ¿cómo una banda va a llenar el Madison Square Garden?". Rob Halford, vocalista de Judas Priest, dijo a The Observer. "¿Cómo una banda en esas condiciones va a llenar el estadio de Wembley? Yo no lo sé. Ahora las personas escuchan música de una manera diferente. No tienen tiempo de sentarse, poner el album y darle 30 minutos o lo que sea. Son tres minutos aquí, tres minutos allá, escribir un Sms y revisar Instagram, tal como hago yo. Espero no parecer un viejo aburrido. Me baso en la realidad para decir lo que digo. Así es como es. Volviendo al punto de ¿quién será la próxima gran banda de metal? No lo sé ".

Incluso las grandes bandas en otros subgéneros se las están viendo cuesta arriba para seguir adelante.
"No estamos en el escalón más alto, pero en el ámbito en que nos movemos somos una de las bandas más grandes de metal extremo," dijo Dani Filth, cantante de Craddle Of Filth a The Observer. "Pero se nos hace cada vez más difícil salir a tocar y vivir de eso. Se nota la diferencia. Ya no es lo mismo que antes. Creo que el último gran año del que todo el mundo ha hablado es 2008, el último año en que la gente de la escena del metal dice que compró un coche deportivo o salieron e hicieron grandes espectáculos. A lo mejor estamos entrando a otro ciclo como ha sucedido en el pasado. Tal vez en 10 años las cosas comiencen a ser grandes de nuevo. La gente está buscando respuestas. Aún quedan los aficionados ".

"Hay que trabajar 10 años antes de llegar a algo", subrayó Halford. "No importa quién seas en el metal. Tienes que ser capaz de trabajar todo ese tiempo para ganar atención y, aún así, no puedes saber si las cosas se mantendrán por sí mismas. Como todo, es cuestión de esperar y ver".

Son las bandas con el hambre más fuerte las que tienden a dejar su huella, y en estos días uno tiene que tener más que un apetito saludable para andar en giras agotadoras y triunfar. Pero un giro interesante se ha dado en la expansión y la evolución del metal. Aunque en Occidente, al menos por el momento, se ha enfriado un poco el mundo de rock pesado, en Oriente está bullendo. "Si las giras se dan donde está el dinero, entonces tenemos que expandirnos a Rusia, China y Europa del Este, que están comenzando a abrazar el metal ", dice Filth. "Algunos de nuestros más grandes espectáculos recientes no fueron en Alemania, Francia o los países escandinavos, fueron en Hungría, Bulgaria, Rumanía y Polonia. Lugares que antes estaban escasos de bandas. Pero si los mercados se abren, las bandas podrían sacar un álbum cada cuatro  años, en lugar de dos, debido a que el ciclo normal álbum-gira podría ser extendido. Ahora podemos hacer una gira completa por Rusia, Asia, China, Jakarta, Singapur y una gira por el bloque del Este. Esa puede que sea la única cosa que la bandas necesitan".

Hay cierta ironía al ver bandas de metal apelando a la juventud marginada de países que son los contrarios políticos de Estados Unidos. Pero entonces quizás se trate de que la voz de la rebelión estará allí donde se la necesite; lo que nos hace suponer que Estados Unidos requiere desesperadamente, una vez más, ese grito de rebelión.
Bryan Reesman 15-01-16

Puedes leer el artículo original en este enlace: The slow death of heavy metal

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